LOS OKUPAS DEL PROGRESO SOCIAL
Miguel Hernández Paz (*)
Como muchos deben saber, no siempre hemos sido todos considerados iguales ante la ley. Es acuerdo global, observar a la Revolución francesa como hito, que originó el actual sistema democrático de libertades. No obstante, es evidente que Europa no se levantó un día –"no todos somos iguales"-y se acostó democrática al anochecer. Al respecto, es muy importante tener en cuenta los diversos ritmos y modos de hacer de cada sociedad, e incluso los retrocesos en las libertades, experimentados en ciertos momentos y en distintos lugares. En torno a esto, el Papa Juan XXIII dijo –aproximadamente- que la lucha por las libertades es permanente y carece de garantía de éxito, porque los logros del presente pueden ser suprimidos en el futuro. Los sistemas públicos (Sanidad, Educación, ENMASA,…) saben mucho de esto. El progresismo nunca ha sido un asunto baladí, aunque hoy día tantos se declaren progresistas con suma facilidad. En la actualidad, nadie duda de que La Tierra sea plana, de que seamos –digo yo- libres de creencia y religión, ni de que las mujeres puedan votar o abrir cuentas bancarias sin permiso de los maridos (perdonen las mujeres por hablar en masculino; seguiremos progresando). Sin embargo, estas y otras transformaciones sociales y culturales han sido tan difíciles, que muchos fueron tildados de locos, e incluso quemados, ahorcados, fusilados y
encarcelados por sus ideas. Así todo, los grupos conservadores, reticentes al progreso social –siempre los hubo y siempre los habrá-, suelen terminar asumiendo los logros del progresismo, aunque sea después de generaciones reprimidas por los límites ideológicos y culturales de cada momento. ¡Hasta Álvarez Cascos se divorció! ¿Cuánto faltará para normalizar del todo a los
homosexuales y tantas otras realidades sociales? Antes de proseguir, aclararé que no diré que los padres y abuelos de unos fueron los carceleros de los de los otros, para evitar cualquier susceptibilidad posterior. Ahora bien, sí diré que cada uno tiene su papel en el devenir histórico:
los que luchan por el progreso social y los que lo okupan. Y también diré que es posible reconocer la tradición ideológica que representamos todos. En Canarias no es difícil hacerlo, porque los cambios en el poder no han sido frecuentes a lo largo de su historia reciente, ni tan reciente. Sólo mencionar que nuestras historiadoras e historiadores, con mayor énfasis en una u otra parte, manifiestan serias dudas acerca de la incorporación de las Islas al proceso abierto en la Francia del siglo XVIII. En efecto, parece que los lastres del Antiguo Régimen nunca dejaron de existir con claridad, y que el clientelismo caciquil siempre encontró formas de adaptación a los tiempos, sin poner en riesgo su posición de poder: caciquismo mutante. Todo lo que se viene comentando, es lo que los estudiosos denominan "proceso de ocupación del espacio de la libertad, que otros han trabajado por conseguir". En efecto, los progresistas trabajamos por todos, incluso en beneficio de aquellos que nos reprimen. Pero no viene mal llamar la atención de vez en cuando sobre el rol en el devenir histórico y la tradición ideológica/cultural de cada uno, porque los conceptos –democracia, participación, desarrollo sostenible, progreso,…- pierden su esencia en determinadas bocas: por mucho que Adán Martín enarbole la bandera independentista (¿o ya no lo es?), no se debe olvidar que él nunca estuvo en la protesta contra el pendón (muy al contrario); si José Manuel Soria come puchero con Rajoy o se pone una manta maga, recordemos que ni uno ni otra estuvieron nunca en los menús ni en la indumentaria de su tradición ideológica/cultural,… Lo referente al PSOE demanda comida aparte, porque bajo el paraguas de la "izquierda" se esconde mucho okupa del progreso, y –lo que es peor- también represores de los progresistas: ¿acaso los alcaldes socialistas –otro concepto que suele perder esencia- del sur de Tenerife rechazaron alguna vez las nuevas camas turísticas o les importó algo aislar a su entonces compañero de partido en Vilaflor? OKupen, pero no mientan.
A modo de conclusión, quisiera decir a la ciudadanía que reflexionen sobre el papel de cada uno en el devenir histórico. Es muy importante que nuestras Instituciones cuenten con personas que velen por el progreso social, pero que provengan de esta tradición ideológica, para que los conceptos no pierdan su esencia original. La Alternativa Sí se Puede por Tenerife ostenta esa marca, como bien refutan las trayectorias personales de sus candidatos: En Tacoronte, José Casanova, que fue el primer técnico que firmó un informe de impacto medioambiental sobre el Proyecto del Puerto de Granadilla; en La Laguna, Juan Miguel Mena, ex concejal por la UPC y trabajador del ámbito rural y deportivo autóctono; por Granadilla, Antonio Cabrera, ex concejal de ICAN, formación que abandonó a tiempo en 1995; en Santa Cruz, Pedro Fernández Arcila, abogado de ATAN y de varios núcleos vecinales en conflicto por los Planes Generales (El Tablero, Valleseco, El Rosario,…); y al Cabildo, Fernando Sabaté, miembro de Alternativa Popular Canaria y elemento cohesionador de las sensibilidades integrantes de la organización. Los demás, a seguir okupando el espacio de la libertad, que otros trabajamos.
* Miembro de Alternativa Sí Se Puede por Tenerife
encarcelados por sus ideas. Así todo, los grupos conservadores, reticentes al progreso social –siempre los hubo y siempre los habrá-, suelen terminar asumiendo los logros del progresismo, aunque sea después de generaciones reprimidas por los límites ideológicos y culturales de cada momento. ¡Hasta Álvarez Cascos se divorció! ¿Cuánto faltará para normalizar del todo a los
homosexuales y tantas otras realidades sociales? Antes de proseguir, aclararé que no diré que los padres y abuelos de unos fueron los carceleros de los de los otros, para evitar cualquier susceptibilidad posterior. Ahora bien, sí diré que cada uno tiene su papel en el devenir histórico:
los que luchan por el progreso social y los que lo okupan. Y también diré que es posible reconocer la tradición ideológica que representamos todos. En Canarias no es difícil hacerlo, porque los cambios en el poder no han sido frecuentes a lo largo de su historia reciente, ni tan reciente. Sólo mencionar que nuestras historiadoras e historiadores, con mayor énfasis en una u otra parte, manifiestan serias dudas acerca de la incorporación de las Islas al proceso abierto en la Francia del siglo XVIII. En efecto, parece que los lastres del Antiguo Régimen nunca dejaron de existir con claridad, y que el clientelismo caciquil siempre encontró formas de adaptación a los tiempos, sin poner en riesgo su posición de poder: caciquismo mutante. Todo lo que se viene comentando, es lo que los estudiosos denominan "proceso de ocupación del espacio de la libertad, que otros han trabajado por conseguir". En efecto, los progresistas trabajamos por todos, incluso en beneficio de aquellos que nos reprimen. Pero no viene mal llamar la atención de vez en cuando sobre el rol en el devenir histórico y la tradición ideológica/cultural de cada uno, porque los conceptos –democracia, participación, desarrollo sostenible, progreso,…- pierden su esencia en determinadas bocas: por mucho que Adán Martín enarbole la bandera independentista (¿o ya no lo es?), no se debe olvidar que él nunca estuvo en la protesta contra el pendón (muy al contrario); si José Manuel Soria come puchero con Rajoy o se pone una manta maga, recordemos que ni uno ni otra estuvieron nunca en los menús ni en la indumentaria de su tradición ideológica/cultural,… Lo referente al PSOE demanda comida aparte, porque bajo el paraguas de la "izquierda" se esconde mucho okupa del progreso, y –lo que es peor- también represores de los progresistas: ¿acaso los alcaldes socialistas –otro concepto que suele perder esencia- del sur de Tenerife rechazaron alguna vez las nuevas camas turísticas o les importó algo aislar a su entonces compañero de partido en Vilaflor? OKupen, pero no mientan.
A modo de conclusión, quisiera decir a la ciudadanía que reflexionen sobre el papel de cada uno en el devenir histórico. Es muy importante que nuestras Instituciones cuenten con personas que velen por el progreso social, pero que provengan de esta tradición ideológica, para que los conceptos no pierdan su esencia original. La Alternativa Sí se Puede por Tenerife ostenta esa marca, como bien refutan las trayectorias personales de sus candidatos: En Tacoronte, José Casanova, que fue el primer técnico que firmó un informe de impacto medioambiental sobre el Proyecto del Puerto de Granadilla; en La Laguna, Juan Miguel Mena, ex concejal por la UPC y trabajador del ámbito rural y deportivo autóctono; por Granadilla, Antonio Cabrera, ex concejal de ICAN, formación que abandonó a tiempo en 1995; en Santa Cruz, Pedro Fernández Arcila, abogado de ATAN y de varios núcleos vecinales en conflicto por los Planes Generales (El Tablero, Valleseco, El Rosario,…); y al Cabildo, Fernando Sabaté, miembro de Alternativa Popular Canaria y elemento cohesionador de las sensibilidades integrantes de la organización. Los demás, a seguir okupando el espacio de la libertad, que otros trabajamos.
* Miembro de Alternativa Sí Se Puede por Tenerife
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