Artículo extraído del Canarias7.es
Los actos que la tradición canaria marcaba para el Día de los Difuntos o de Todos los Santos, están siendo barridos por los cambios en las costumbres y, sobre todo, por la influencia del consumo, marcada por todo lo que venga de Estados Unidos y por la desidia de nuestros organismos públicos.
Pese a esta tendencia, que parece imparable, en numerosos municipios de nuestra Isla, siquiera sea a nivel familiar, se sigue conservando la costumbre de asar castañas y frutos secos y consumir manzanas blancas y buchitos de anís o de vino.
La capital, por ejemplo, contará con un acto que pretende conservar entre nosotros esas costumbres, organizado por la Orden del Cachorro Canario, en la Plaza de Santo Domingo. En este acto se contará, por segundo año consecutivo, con la presencia del Rancho de Ánimas de Arbejales, que reeditará viejas desechas de la Noche de Finados.
Otros municipios grancanarios, sobre todos los de medianías y cumbres, siguen fieles a la tradición y así, por ejemplo, Moya, tendrá su fiesta de finados, mientras que en el Sureste, al estar cerrado Guayadeque, lugar tradicional de celebración, para evitar los destrozos que la avalancha de visitantes producía en el barranco, se celebrará en plan familiar. Otros puntos de la Isla optan por la fiesta íntima, consumiendo las infaltables castañas asadas, nueces, piñas, manzanas, anís, vino y dulces.
En Santa Brígida, la noche de los finaos se celebrará desde las 21.00 horas en el Parque Municipal, donde se asarán 450 kilos de castañas, 300 de nueces y 200 de manzanas y está previsto repartir 150 litros de vino, anís y bizcochos de la Fonda Melián a todos los que se acerquen.
En San Mateo, el tenderete de la víspera del Día de los Difuntos comenzará a la misma hora en las ramblas de la iglesia. Allí se tostarán unos 400 kilos de castañas recogidos durante días en distintas fincas de La Lechucilla por el matrimonio formado por Luis Marrero Medina y Plácida Rodríguez Perera. También habrá nueces y manzanas, así como vino, anís y ronmiel para calentar las gargantas.
Pese a esta tendencia, que parece imparable, en numerosos municipios de nuestra Isla, siquiera sea a nivel familiar, se sigue conservando la costumbre de asar castañas y frutos secos y consumir manzanas blancas y buchitos de anís o de vino.
La capital, por ejemplo, contará con un acto que pretende conservar entre nosotros esas costumbres, organizado por la Orden del Cachorro Canario, en la Plaza de Santo Domingo. En este acto se contará, por segundo año consecutivo, con la presencia del Rancho de Ánimas de Arbejales, que reeditará viejas desechas de la Noche de Finados.
Otros municipios grancanarios, sobre todos los de medianías y cumbres, siguen fieles a la tradición y así, por ejemplo, Moya, tendrá su fiesta de finados, mientras que en el Sureste, al estar cerrado Guayadeque, lugar tradicional de celebración, para evitar los destrozos que la avalancha de visitantes producía en el barranco, se celebrará en plan familiar. Otros puntos de la Isla optan por la fiesta íntima, consumiendo las infaltables castañas asadas, nueces, piñas, manzanas, anís, vino y dulces.
En Santa Brígida, la noche de los finaos se celebrará desde las 21.00 horas en el Parque Municipal, donde se asarán 450 kilos de castañas, 300 de nueces y 200 de manzanas y está previsto repartir 150 litros de vino, anís y bizcochos de la Fonda Melián a todos los que se acerquen.
En San Mateo, el tenderete de la víspera del Día de los Difuntos comenzará a la misma hora en las ramblas de la iglesia. Allí se tostarán unos 400 kilos de castañas recogidos durante días en distintas fincas de La Lechucilla por el matrimonio formado por Luis Marrero Medina y Plácida Rodríguez Perera. También habrá nueces y manzanas, así como vino, anís y ronmiel para calentar las gargantas.
A.S. /J. Q. Las Palmas de Gran Canaria
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